Se desconoce Datos Sobre caridad
Se desconoce Datos Sobre caridad
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El que reúne todas las demás virtudes y no tiene caridad es como el que transporta el polvo contra el derrota (Santo AGUSTÍN, Sermón sobre la humildad y temor de Todopoderoso).
No puede llamarse adecuado quien no tiene lo que ama, sea lo que fuere; ni el que tiene lo que gobernante si es pernicioso; ni el que no ama lo que tiene, aun cuando sea lo mejor (Santo AGUSTÍN, Sobre las costumbres de la Iglesia, 1).
Bienvenidos al blog Textos Bíblicos. En este artículo exploraremos el maravilloso tema de la agradecimiento
Aquí encontrarás versículos para meditar sobre el tema de las ofrendas y cortas reflexiones que podrás usar como palabra para el momento de acudir las.
Ojalá que el Señor Jesús ordene en mí también la pequeña parcela de caridad que me ha concedido, para que, preocupándome de todo lo que le concierne, me dedique en primer zona a hacer aceptablemente lo que es mi deber y mi tarea particular (SAN BERNARDO, Sermón 49 sobre el Cantar de los Cantares).
En este artículo exploraremos algunos Textos Bíblicos que nos ofrecen valiosas enseñanzas y bendiciones para
La ofrenda es una oportunidad para demostrar nuestro apego y compromiso con Alá, confiar en su provisión y participar en su obra en el mundo.
Se preguntan muchos si aman a Cristo, y van buscando señales por las cuales poder descubrir y confesar si le aman: la señal que no engaña nunca es la caridad fraterna [.
En el civil, Cuadro el derecho que tenía el rey a percibir el 1O% del valor de todos los artículos que eran objeto de mercadería traficada y que, si arribaban a puerto, se llamaban diezmos de la mar; o diezmos de puerto seco si entraban por tierra, allí donde no estuviera establecido el almojarifazgo, tributo que se pagaba por las mercaderíVencedor que cloruro sódicoían del reino, por las que entraban en él, o por las que iban en tránsito de un reino a otro de España.
El bienaventurado San Juan Evangelista, al final de sus díFigura, cuando moraba en Efeso y casi nada podía ir a la iglesia, sino en brazos de sus discípulos, y no podía proponer muchas palabras seguidas en voz alta, no solía hacer otra exhortación que ésta: Hijitos, amaos unos a otros.
“Si los negocios de la Asociación no se administran de acuerdo con las ordenanzas del Señor, es pecado de los que están actuando incorrectamente. El Señor no lo tendrá por culpable, si usted hace lo que puede por corregir el mal. Pero no pequen ustedes reteniendo lo que es dar propiedad de Dios”. Cuando ella usó diezmos fuera de los canales regulares de la denominación, lo hizo para ayudar a ministros que estaban pasando por experiencias de sufrimiento y falta similares a los que ella y su cónyuge habían sufrido en primaveras anteriores. Ella mencionó: “Y cuando he visto obreros en esta causa que han sido honestos y leales alrededor de la obra, y se les ha dejado sufrir, es mi deber platicar en su cortesía. Si esto no mueve a los hermanos para ayudarles, entonces yo debo ayudarles, aún si me avenencia obligada a usar parte de mis diezmos en hacerlo”. Su hijo W. C. White, señaló que muchas veces las Asociaciones respondían a sus peticiones y daban la ayuda necesaria. Pero en algunos casos en los que la asociación no tenía los recursos o no se apreciaba apropiadamente al obrero, ella le decía a su contador: “Envíe ayuda tan pronto como pueda, y si es necesario tómelo de mi diezmo”. A principios del siglo se levantó una controversia en cuanto a individuo de estos casos.
En cuanto a la ofrenda, se nos anima a atinar de modo generosa y copioso. 2 Corintios 9:7 nos dice que cada uno debe alcanzar según lo haya decidido en su corazón, no de mala deseo o por obligación, luego que “Alá ama al dador alegre”.
Altísimo, en este mundo, padece frío y deseo en la persona de todos los necesitados, como dijo el mismo: Cada oportunidad que lo hicisteis con singular de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. El mismo Todopoderoso que se digna topar en el cielo quiere aceptar en la tierra (Santo CESAREO DE ARLES, Sermón 25).
En cuanto a las ofrendas, estas son donaciones voluntarias que van más allá del diezmo. Practicar la ofrenda nos brinda la oportunidad de ser generosos y abundantes en nuestra respuesta a Alá.